martes, 6 de noviembre de 2007

DIVINO MAESTRO


Señor, hazme Instrumento de tu paz:

donde haya odio, siembre yo amor;

donde haya injuria, perdón;

donde haya duda, fé;

donde haya tristeza, alegria;

donde haya desaliento, esperanza;

donde haya tiniebla, luz.



¡Oh Divino Maestro!

que no b usque

ser consolado, sino consolar;

ser amado, sino amar;

ser comprendido, sino comprender;

porque dando; es como recibimos;

perdonando es como tú perdonas;

y muriendo en ti, es como nacemos

a la vida eterna.

(San Francisco de Asis)

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